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abril 07, 2016

Recordando el sonido sofisticado de Gerry Mulligan


Mulligan: toda una leyenda del jazz.

Gerry Mulligan es, sin duda, el saxofonista barítono más importante y famoso de toda la historia del jazz. Pionero, compositor, arreglista, director de big-bands, e influyente instrumentista. Tocó con desde Billie Holiday y Charlie Parker, hasta John Scofield y músicos de hoy. Sus grabaciones con Paul Desmond y Ben Webster, entre muchos otros, son hoy célebres.

Mulligan trajo un sonido bastante revolucionario a un instrumento hasta su llegada bastante pedestre, tocando con la velocidad y la destreza de un saxo alto. Fue también pianista y compositor: son suyos temas como Walkin' Shoes, Line for Lyons, Bark for Barksdale, Nights at the Turntable, Utter Chaos, Soft Shoe, Bernie's Tune, Blueport, Song for Strayhorn, Song for an Unfinished Woman y I Never Was a Young Man.

Tras marchar a Los Ángeles, escribió varios arreglos para Stan Kenton (Youngblood, Swing House y Walking Shoes, entre otros), trabajó en Lighthouse y consiguió un trabajo regular los lunes por la noche en Haig (los dos, clubes musicales de la ciudad). Por esa época, comenzó a tocar en el grupo de Chet Baker, en el que se prescindía del piano. El grupo alcanzó una gran popularidad y, hacia 1952, había convertido a Baker y Mulligan en dos estrellas del jazz.

Gracias a su versatilidad estilística, Mulligan pudo tocar con todos los músicos a los que admiraba: Harry Carney, la orquesta de Duke Ellington, Thelonious Monk, Paul Desmond, Stan Getz, Ben Webster y Johnny Hodges. Mulligan tocaría también en el clásico televisivo Sound of Jazz, un especial musical de 1958 y aparecería también en películas como I Want to Live and The Subterraneans.



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Es Dios

"Esa lengua de fuego se abría despiadada, como urdiendo en el alma y buscando donde cabalgar. Resoplaba fuerte, escrutaba el ojo, mordía la mente y ondeaba su calor, como haciéndonos sentir que somos una miniatura, una milmilésima parte del universo. Esa lengua de fuego, creación al fin, es lo mismo que la hoja, que la piedra, que el agua, que el ave, que la hierba. Es Dios".

La compuerta de la vida

"A veces, casi inerme, entrebusco la fórmula de la vida, y encuentro una melodía que me exige respirar, profundo, restituyéndome la fe en el futuro. Sólo Dios abre la compuerta de la vida, y la música es el compás de espera a la perfección, el estadío más emocionante del ser humano".

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