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agosto 20, 2013

The Yellowjackets: un sonido incombustible


Yellowjackets: William Kennedy, Rusell Ferrante, Bob Mintzer y Felix Pastorius


Yellowjackets ha sido una de las bandas de jazz fusión más estables e impredecibles del género durante más de tres décadas. Su discografía está plagada de obras maestras, con piezas profundas, labradas con ingenio y mucho conocimiento de la música.

Este grupo fue fundado en 1981 como una banda orientada hacia el rhythm and blues que estaba liderada por el guitarrista Robben Ford. Luego dio un paso de gigante cuando, tras la marcha de Ford, el saxofonista alto Marc Russo ocupó su lugar. Junto con los miembros originales, Russell Ferrante al teclado y Jimmy Haslip en el bajo eléctrico, y con el baterista William Kennedy, la banda encontró su propio sonido de R&B, tocando en ocasiones composiciones originales que sonaban al estilo de la línea más melódica de Joe Zawinul.

En los años noventa, Russo se independizó y empezó a tocar habitualmente con The Doobie Brothers; su sustituto, Bob Mintzer (clarinete bajo y tenor), añadió más credibilidad jazzística a la música del grupo. 

En 2012, Haslip abandona el grupo y es sustituido por Felix Pastorius, hijo del mítico bajista de Weather Report Jaco Pastorius. En junio de 2013, el grupo lanza A Rise in the Road, primer disco con Pastorius como bajista, y quien aparece por primera vez con la banda, en el concierto que verán en el video a continuación, realizado en 2012.



Creado por Hugo Santaromita, comentarista y escritor venezolano de jazz.

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Es Dios

"Esa lengua de fuego se abría despiadada, como urdiendo en el alma y buscando donde cabalgar. Resoplaba fuerte, escrutaba el ojo, mordía la mente y ondeaba su calor, como haciéndonos sentir que somos una miniatura, una milmilésima parte del universo. Esa lengua de fuego, creación al fin, es lo mismo que la hoja, que la piedra, que el agua, que el ave, que la hierba. Es Dios".

La compuerta de la vida

"A veces, casi inerme, entrebusco la fórmula de la vida, y encuentro una melodía que me exige respirar, profundo, restituyéndome la fe en el futuro. Sólo Dios abre la compuerta de la vida, y la música es el compás de espera a la perfección, el estadío más emocionante del ser humano".

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