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septiembre 02, 2010

Tres divas en el North Sea Jazz '09


Lizz Wright, Dianne Reeves y Simone
Incluye video / Presentamos a tres divas del jazz: Lizz Wright, Dianne Reeves y Simone, quienes coincidieron en el Festival de Jazz del Mar del Norte el año pasado. Lo que van a ver y escuchar es el performance que hacen del tema Four Women, de estilo bluseado, que sólo puede ser interpretado por estas imponentes vocalistas. Wright hasta hace poco era una cantante desconocida, hasta que debutó con el álbum Salt, con 12 canciones, editado por el sellol Verve y co-producido por Tommy Tommy LaPiuma, presidente de Verve y leyenda de la industria discográfica, el gran baterista y compositor Brian Blade y el arreglista Jon Cowherd. En esa mezcla ecléctica de bases del jazz y el pop, con varias composiciones propias (Salt, Blue Rose, Eternity, Fire, Silence), Lizz demuestra que tiene un don único marcado por un fraseado emocionalmente intuitivo.

De Reeves corremos el riesgo de decir lo que se ha repetido hasta la saciedad: que es una de las divas del jazz actual. Aunque suene a lugar común, este concepto le queda al dedillo a esta cantante negra de condiciones vocales impresionantes. Dianne Reeves, sigue en la actualidad grabando discos para Blue Note y está afianzada como una de las voces más cualificadas en el mundo del jazz vocal contemporáneo y sus admiradores suelen disfrutar con enorme interés cada actuación, concierto o disco que saca al mercado. La trayectoria de Reeves marca un claro contraste con Simone, quien es apenas una joven vocalista de las nuevas camadas.

Parte de la lírica de este tema dice así:

My skin is black
My arms are long
My hair is wooly
My back is strong
Strong enough to take the pain
That's been inflicted again and again
What do they call me
My name is Aunt Sarah




Blog creado por Hugo Santaromita, comentarista y escritor venezolano de jazz.

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Es Dios

"Esa lengua de fuego se abría despiadada, como urdiendo en el alma y buscando donde cabalgar. Resoplaba fuerte, escrutaba el ojo, mordía la mente y ondeaba su calor, como haciéndonos sentir que somos una miniatura, una milmilésima parte del universo. Esa lengua de fuego, creación al fin, es lo mismo que la hoja, que la piedra, que el agua, que el ave, que la hierba. Es Dios".

La compuerta de la vida

"A veces, casi inerme, entrebusco la fórmula de la vida, y encuentro una melodía que me exige respirar, profundo, restituyéndome la fe en el futuro. Sólo Dios abre la compuerta de la vida, y la música es el compás de espera a la perfección, el estadío más emocionante del ser humano".

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