Hugo Santaromita

Aquel almuerzo, inolvidable, fue un derroche de buen gusto: mucha gastronomía y, por supuesto, mucho jazz. Hablamos de cocina y de Monk, de carnes y de Miles, de ensaladas y de Coltrane. Discutimos sobre la sonoridad de Kind of Blue o la poesía de A Love Supreme, pero también de política, petróleo y publicidad. Braunstein se mostró una vez más como un excelente anfitrión, como lo fue cada vez que hablaba por radio en su cincuentenario espacio "El Idioma del Jazz", como lo fue cuando trajo a Caracas a Louis Armstrong (en la foto con Jacques), John LaPorta o Paquito D'Rivera, su amigo del alma, o como cuando nos deleitaba con sus cuentos de sibarita en el Juan Sebastian Bar o en su oficina publicitaria.

Así era de sincero y noble este hombre nacido en la lejana Bucarest, Rumania, que estuvo de paso por Brasil, como alto ejecutivo de una línea aérea, hasta que recaló en Caracas para quedarse para siempre.
Fue en Venezuela donde Jacques pudo desarrollar toda su inquietud por el jazz. Ya, para su llegada a Caracas, despuntaba como un hombre de alta preparación intelectual, que llegó a hablar hasta siete idiomas, y tuvo bajo su égida a los artistas y las producciones de jazz más importantes de nuestro país. Su programa de radio fue el más emblemático del género en Venezuela. Yo mismo quise imitar sus ademanes radiales, cuando hice mis programas jazzísticos, porque él era el maestro que todos admirábamos y queríamos copiar. “Paz y Jazz” fue la frase simbólica con la que cerró las emisiones de su programa, transmitido en tres emisoras distintas semanalmente. Lo teníamos en casi todo el espectro radial, para goce de los amantes del jazz.

En una entrevista concedida a la revista Sala de Espera, comentó: “El otro recuerdo es con Thelonious, a quien en una entrevista le pregunté si su tema “Bolívar Blues” fue compuesto como alguna especie de homenaje a nuestro Libertador. Me causó mucha gracia, cuando con su voz ronca, me contestó: ‘¿Cómo dijiste que se llamaba la canción?… Ese tema está inspirado en un hotel en el que siempre nos hospedamos en NY’. Thelonious no tenía ni idea de quién era Bolívar. Estuve riendo por horas”.
Braunstein tuvo la inteligencia de saber mezclar sus raíces judías con la cultura del venezolano. La escritora Jacqueline Goldberg escribió en una biografía sobre él: "Sensible, erudito, virtuoso de la palabra, este reconocido maestro de las ondas hertzianas ha sembrado entre músicos y oyentes comunes una pasión que no tiene ya vuelta atrás. El jazz y sus caleidoscópicos matices se muestran en tres emisoras, semana a semana, de la mano de quien ha hecho del jazz una forma de respirar, un recuerdo, una esperanza, una manera de atisbar el mundo".
Goldberg también escribió lo siguiente: "En estos rítmicos 47 años, Braunstein se ha codeado con las luminarias del pentagrama jazzístico mundial. Él mismo, como empresario del espectáculo, ha brindado a los venezolanos la dicha de escuchar en vivo a más de 300 de esos músicos, entre ellos Tito Puente, Chick Corea, Bill Evans, la Orquesta de Woody Herman, el guitarrista Charlie Byrd". La erudición de Braunstein está cargada de una impresionante vitalidad, de ahí su incomparable capacidad de explicar la música desde el alma: "El jazz ha cambiado desde 1955 y sigue cambiando cada día, porque el jazz es la música del intérprete y la improvisación. Yo he tenido el conocimiento prácticamente desde los inicios del jazz. Tuve la dicha de conocer personalmente a Louis Armstrong, Duke Ellington y Count Basie. Después de la Segunda Guerra Mundial se inició una revolución en el jazz con el advenimiento del bebop, creado por Charlie Parker y Dizzy Gillespie. A ese último lo traje yo a Venezuela junto a Paquito D'Rivera".
No hay dudas de que el jazz en Venezuela estará ligado por siempre a Jacques Braunstein, un hombre que se dio la libertad de soñar y de cumplir sus sueños. Una licencia que pocos se dan con la clase y la prestancia con la que este hombre, impulsor de las artes musicales, transitó su vida.
Luego de una operación en el corazón, Jacques se marchó. Su amistad fue un placer que jamás podré olvidar. Paz y Jazz.
Blog creado por Hugo Santaromita, comentarista y escritor venezolano de jazz.
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