
Hugo Santaromita
Redactado para la revista venezolana
'La Dosis'
Cuando vimos a Wynton Marsalis en Caracas en 2005, en el Teatro Teresa Carreño, confirmamos una vez más la versatilidad de este extraordinario trompetista. Fue la oportunidad para retrotraernos al célebre Mardi Gras, el célebre carnaval de Louisiana, donde lo vimos en una ocasión, justo en la calle Bourbon, la misma que recreó Tennessee Williams en su “Tranvía llamado Deseo”. En ese Mardi Gras (o Martes Gordo) pudimos ver a Marsalis tomando parte del desfile al aire libre, con su trompeta, al lado de la multitud y de una serie de bandas locales o Marching Bands que serían la envidia de cualquier músico.
Cuando vimos a Wynton Marsalis en Caracas en 2005, en el Teatro Teresa Carreño, confirmamos una vez más la versatilidad de este extraordinario trompetista. Fue la oportunidad para retrotraernos al célebre Mardi Gras, el célebre carnaval de Louisiana, donde lo vimos en una ocasión, justo en la calle Bourbon, la misma que recreó Tennessee Williams en su “Tranvía llamado Deseo”. En ese Mardi Gras (o Martes Gordo) pudimos ver a Marsalis tomando parte del desfile al aire libre, con su trompeta, al lado de la multitud y de una serie de bandas locales o Marching Bands que serían la envidia de cualquier músico.
Marsalis es un auténtico sureño, nativo de Louisiana, el epicentro del llamado Dixieland y del mestizaje cultural más importante surgido en los Estados Unidos. En su gira suramericana de 2005 constatamos esa sospecha al disfrutar a un músico que combina sabiamente el jazz y lo académico, que ha ido abordando paralelamente desde 1983 con música de Joseph Haydn, Leopold Mozart, Johann Hummel, Henry Purcell, George Handel, Giuseppe Torelli, André Jolivet y otros, y su triple rol de intérprete, compositor y director de banda, en soul, blues y otros géneros y variantes del jazz.
Marsalis fue el primer músico de jazz que ganó el Premio Pulitzer de Música, recibido en 1997, por su trabajo Blood on the Fields, una oratoria épica sobre la esclavitud, y pertenece, genéricamente hablando, al estilo hard bop en sus versiones más tardías, aunque ha cultivado también los estilos New Orleans y swing. Músico de síntesis, reivindica con toda sinceridad las influencias de Clifford Brown, Miles Davis, Freddie Hubbard, Fats Navarro e incluso Don Cherry, un cocktail que sólo puede tomarse en serio a partir del extraordinario dominio técnico del instrumento que posee y de su versatilidad. En sus primeras grabaciones pisó un terreno más osado y prometedor de novedades que en sus años de madurez.
Su padre, Ellis Marsalis, era un gran músico y profesor de jazz y ejerció una fuerte influencia en la evolución musical de sus hijos (los hermanos de Wynton, Branford y Delfeayo, todos músicos profesionales). Wynton comenzó sus estudios de trompeta a los 12 años. Más tarde estudió en el Berkshire Music Center de Tanglewood, Massachusetts, y en la Academia Juilliard de Nueva York. A los 20 años realizó una gira con el grupo Jazz Messengers del percusionista Art Blakey y con el cuarteto VSOP del pianista y compositor Herbie Hancock.
Pero esa noche de 2005 en Caracas, el Teatro Teresa Carreño explotó cuando Marsalis hizo sonar su versión de Caravan. Poco después, el éxtasis llegó con Cherokee y Autumn Leaves, rematando luego con un inédita mezcla de Freddy Hubbard y Haydn, un performance inolvidable ejecutado con excepcional maestría. Hoy por hoy, esa visita a Venezuela significa mucho en el aporte cultural al jazz y merece una interpretación distinta a la que han tenido otros visitantes a nuestro país. En otras palabras, Marsalis representó un renovado aire del jazz clásico, que se había diluido por los caminos del eclecticismo y una manera de mantener las formas en su más pura expresión, sin caer en el conservadurismo.
Marsalis ha sido un punto clave en la historia de los trompetistas de jazz en Norteamérica. La punta del iceberg de un gran movimiento musical. De hecho, es un capítulo importante en esa historia, ya que, desde siempre, la comunidad cultora de la trompeta no ha tenido la trascendencia dentro del quehacer jazzístico local como la que tienen hasta hoy las distintas generaciones de solistas en los Estados Unidos. Desde Louis Armstrong hasta Irving Mayfield, pasando por Fats Navarro, Miles Davis, Clifford Brown, Wallace Roney, Wynton Marsalis, Terence Blanchard y Nicholas Payton, por nombrar algunos, Norteamérica no podría escribir su cronología del jazz sin tener como punto de referencia a sus trompetistas.
Para todos los gustos
Con Marsalis en escena, los promotores musicales vieron en su llegada el artista que estaban esperando para desmentir la "muerte del jazz". Elevado por unos a la cima del jazz y clasificado casi como un genio por sus incondicionales; para otros, Wynton Marsalis, no era más que un mal remedo de Miles Davis y un impostor casi de su música. Al margen de elogios y críticas exacerbadas, Wynton, siguió su camino y con solo 18 años, realizó una gira con el mencionado grupo del percusionista Art Blakey, los "Jazz Messengers" y con el novedoso cuarteto VSOP del pianista y compositor, Herbie Hancock, al cual hicimos alusión líneas atrás.
En 1981 grabó Wynton Marsalis, su primer álbum como líder de su propia banda para el sello que lo encumbró a la fama: Columbia. En 1985 graba el álbum que le ayudaría a consolidar su carrera y a confirmarse como un gran trompetista de jazz: Black Codes. A ese gran disco le seguirían otros no menos extraordinarios, en particular el grabado en 1989 titulado The Majesty of the Blues.
En 1984 se convirtió en el primer músico que, en el mismo año, ganaba un premio Grammy en las dos categorías de jazz y de música clásica. Sus actuaciones y sus grabaciones han contribuido a la popularización del jazz y a su aceptación como un tipo de música culta. Sus devaneos con la música clásica, traen en 1993 una magnifica partitura para ballet moderno, City Movement. Sus trabajos por aquellas fechas, combinan elementos de la música clásica con improvisaciones originales del jazz. En 1993, actúa con la soprano Kathleen Battle y en 1995 es nombrado director artístico del programa Jazz at Lincoln Center, de Nueva York, cargo que ocupa actualmente.
En año pasado fue significativo para su carrera, ya que publicó el disco conjunto Two Men With The Blues, grabado en directo en dos sesiones ofrecidas en el Lincoln Center de Nueva York , durante los días 12 y 13 de enero de 2007, junto con uno de los intérpretes de música country más importantes de Estados Unidos, Willie Nelson. Se trata de un disco histórico, pues resulta significativa y difícil la reunión de dos de los principales iconos de la música americana actuales. En esta grabación se escuchan los sonidos de Nueva Orleans, Nashville, Austin y Nueva York, en la forma de estándares de jazz y blues.
Su carrera ha sido un ejemplo para los jóvenes músicos de todo el mundo, por la influencia que ha ejercido en los géneros académico y jazzístico. En su trayectoria musical, ha grabado cerca de una cincuentena de discos, -la serie titulada, Standars Time, es magnifica- ha conseguido 9 premios Grammy, y tras su estela han sido muchísimos los jóvenes músicos de jazz que han echado una mirada atrás para releer la historia de la música afroamericana, propiciando una nueva perspectiva musical de la historia del jazz.
Discografía ejemplar
1981 Wynton Marsalis (Columbia)
1983 Think of One (Columbia)
1985 Black Codes (From the Underground) Columbia
1985 JMood (Columbia)
1986 Live at Blues Alley (Columbia)
1987 Carnaval Hunsverger
1989 Crescent City Christmas Card (Columbia)
1989 Tune in Tomorrow (Columbia)
1991 Blue Interlude (Columbia)
1992 In This House, On This Morning (Columbia)
1992 City Movement (Columbia)
1999 Standard Time, Vol. 6: Mr. Jelly Lord (Columbia)
1999 The Marciac Suite (Columbia)
2002 All Rise (Sony Classical)
2007 From the Plantation to the Penitentiary (Blue Note)
2008 Two Men With The Blues (Blue Note)
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